Con mirada sobria pero de vasto alcance y profundidad José Carlos Olazábal comparte el número PUTUTU-60 (1) con entregas de Ronald Castillo, Iván Palomino, Niel Agripino Palomino Gonzales, Armando Becerra Ccorahua, María Luz Crevoisier, Fredy Roncalla, e ilustraciones de autor desconocido pero que se sospechan que son del kikin Carlitos. Gracias waykicha por compartir una historia que tiene lugar mucho tiempo antes de conocer a Galactico Lino Pareja.
LA CULTURA Y LA PANDEMIA
Este número de PUTUTU debió salir el año pasado para celebrar el encuentro de escritores que debió realizarse en Ollantaytambo, evento que se frustró por la falta de colaboración de las diversas autoridades.
La pandemia que venimos sufriendo, ha puesto al descubierto las muchas falencias que tenemos. El falso desarrollo económico que ha favorido a solo unos cuantos, mientras la gran mayoría ha estado al margen. La desigualdad entre los peruanos nunca ha sido mostrada tan claramente. La inversión en salud y educación que ha realizado el estado ha sido exigua. El reclamo de la población nuca ha sido escuchado.
El estado que ha obtenido buenos recursos ha sido incapaz de invertir en infraestructura de salud, en mejores condiciones educativas. Esto se ha visto en el colapso de los hospitales, cuya capacidad ha sido ampliamente sobrepasada en los lugares donde hay un centro médico, mientras que otros lugares simplemente no contaban con lo más esencial y las poblaciones han tenido que organizarse para hacer frente al COVID 19.
La educación igualmente ha sido afectada. Sin poder realizarse clases presenciales, en muchos lugares tampoco se han podido realizar las clases a distancia, porque en pleno siglo XXI aún hay lugares donde difícilmente llegan las señales de radio, televisión, por no decir de la internet.
Así como han sido afectados los estudiantes, también han sido afectados los diferentes trabajadores de la cultura. El confinamiento ha hecho que no haya un público que consuma los diversos productos culturales con la consecuencia de que las diversas agrupaciones y personas que se dedican al ámbito cultural vean afectados sus ingresos. Se
han visto cerrados teatros, galerías de arte, centros culturales, entre otros. Los artistas en general no han tenido el apoyo suficiente como para hacer frente a esta situación. Son contadas las instituciones que han acudido a la imaginación a fin de dar apoyo a los gestores culturales.
La imaginación de estos gestores culturales ha sido, como siempre, muy prodiga y muchos han recurrido a la internet para mostrar su producción. Se han presentado piezas teatrales, películas, algunas exposiciones pictóricas y numerosos ciclos de conferencias que nos han permitido conocer distintos aspectos de la cultura peruana y mundial.
En el Cusco algunas instituciones han organizado ciclos de charlas sobre historia, arqueología, arte. En algunas de ellas también se ha tocado el tema de Ollantaytambo y la Municipalidad organizó un evento donde se trató de manera solvente la historia del pueblo.
El estado muy tardíamente reaccionó y llamó a un concurso para el apoyo de gestores culturales, donde, según las diversas noticias, se presentaron numerosas propuestas, de las que lamentablemente solo se han dado apoyo a algunas de ellas.
Esta situación debe servirnos para reflexionar que el apoyo a la salud y la educación deben ser los más importantes en una política de desarrollo.
Finalmente vaya este número en homenaje a nuestros waykis Hugo Carrillo de Uripa, Ronald Castillo de Ollantaytambo y nuestra panay urubambina Emperatriz Torres, que obtuvieron los tres primeros lugares en el Concurso de Cuentos de las Mil Palabras en Lenguas Originarias organizado por la Revista Caretas.
Hawansuyo 